“El puerto de Chancay pretende erigirse en una de las principales conexiones de China con los países de la costa oeste de Sudamérica, sirviendo de puente para el creciente comercio de mercancías de esta región con Asia-Pacífico.”
La infraestructura compartida puede ser un ejemplo de todo lo mencionado previamente. Esta tiene como característica principal el no darle la exclusividad en el uso a la empresa promotora, como una minera, sino por el contrario amplía el acceso a empresas de inclusive otros sectores, lo que permite finalmente que múltiples actores se beneficien de dicha infraestructura en el territorio. En ese sentido, se han considerado como principales beneficios de este modelo la diversificación de actividades económicas en el territorio, la reducción de la huella de carbono y la reducción de los conflictos alrededor de proyectos mineros. Por estos motivos, se refuerza el concepto de que un proyecto en infraestructura tiene la capacidad de ser un eje estratégico para mejorar las posibilidades de desarrollo económico y social en una determinada región.
Reconociendo que las infraestructuras de las zonas mineras mejoran el crecimiento económico, pero también pueden perjudicar otras áreas del desarrollo, la infraestructura compartida se presenta como una alternativa no solo para mejorar la competitividad de los sectores extractivos sino además para amortiguar los efectos negativos sobre bienestar de la población local que podría generar la minería debido a las presiones sobre el medio ambiente, el peligro de sobreexplotación de los recursos naturales o cambios demográficos no planificados, entre otros. Así, la infraestructura puede ser usada para potenciar un desarrollo regional pero también para aminorar las externalidades de una actividad extractiva
El puerto de Chancay pretende erigirse en una de las principales conexiones de China con los países de la costa oeste de Sudamérica, sirviendo de puente para el creciente comercio de mercancías de esta región con Asia-Pacífico. A través de la sociedad Terminales Portuarios Chancay, la china Cosco Shipping Ports contempla una inversión inicial de 1.200 millones de dólares, destinados a la primera fase del proyecto –construcción de nuevos diques para ganar terreno al mar, logrando una mayor profundidad (16 metros) y superficie para operaciones (un millón de contenedores). La inversión total será de 3.000 millones de dólares; la entrada en funcionamiento se prevé para 2022.
China es desde 2014 el primer socio comercial del Perú, desbancando de ese puesto a Estados Unidos. En 2017 China fue el destino del 26% de las exportaciones peruanas (11.700 millones de dólares) y el origen del 23% de sus importaciones (8.750 millones). El interés chino se centra en los minerales, el mayor sector exportador peruano y, por tanto, el puerto de Chancay se perfila como el principal punto de salida de esas materias primas hacia China. Los fletes de vuelta aportarán manufacturas chinas, no solo para Perú sino para países vecinos.
Finalmente, anexando todo lo anterior, se puede mencionar que el proyecto del puerto Chancay puede ser explorado más allá de sus impactos comerciales (con Shanghái) o de sus beneficios para las operaciones de la minera Volcan y convertirse en un caso de estudio ex ante del potencial de la infraestructura compartida. Lo interesante de la futura construcción de este puerto, que nace impulsado por el sector minero a raíz de la búsqueda de mejoras logísticas para favorecer la exportación de Zinc de la Minera Volcán, es que plantea objetivos que no se limitan a mejorar la conectividad de la minera puesto desde el inicio el proyecto aspira a servir a la exportación de la carga a granel de otras empresas. Así, este proyecto portuario, que durante su vida útil contará con 15 muelles, podría gatillar un nuevo corredor que conecte desde el puerto de Chancay un área de influencia que abarcaría 41 distritos y 6 provincias pertenecientes a los departamentos de Lima, Pasco, Junín y Huánuco.