Hoy en día existe una eterna discusión en las clases de historia acerca de la cuarta revolución industrial: la digitalización. Su impacto está repercutiendo en el crecimiento de las economías, la productividad, la desigualdad y el empleo. Por ende, el mercado laboral es un tema no ajeno a las preocupaciones de los jóvenes ya que existe una gran incertidumbre tras la ola tecnológica.
Según un reporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) existen dos tendencias acerca del futuro del trabajo: el tsunami tecnológico y el envejecimiento poblacional. Sin embargo, todo cambio no tiene que ser malo. Ambas tendencias tienen una visión positiva y brindan una gran oportunidad para América Latina y el Caribe. El tsunami tecnológico trae consigo distintos efectos; inmediatos o de largo plazo. Dentro de los efectos inmediatos, una de las tecnologías que permite automatizar las tareas realizadas por los seres humanos es la inteligencia artificial.
Pero, ¿qué es la inteligencia artificial?
Según la RAE, es una disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que se realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico. Y gracias a la tecnología y la innovación digital, están surgiendo empleos en firmas que la utilizan como parte de sus procesos productivos
El ser humano se caracteriza por ir más allá de lo que descubre. Por ello, estos trabajos incluyen 1) entrenadores; para sistemas de inteligencia artificial. 2) explicadores; para comunicar los resultados de estos sistemas. 3) sostenedores; para monitorear el comportamiento de los sistemas, incluye conductas éticas.
Todo ello demuestra que no necesariamente debe existir un divorcio entre el capital humano y la nueva ola digital. Un complemento entre ellos puede traer cosas muy beneficiosas para las siguientes generaciones.