Este año más que ningún otro, la presencia de los influencers se ha sentido más fuerte que nunca. Especialmente en la plataforma digital de Instagram, pero también en Facebook y Youtube, estos promocionan a sus cientos de miles de seguidores diversos productos o servicios de varias marcas a través de publicaciones, convirtiéndose así en los principales aliados de las empresas.
Estas publicaciones pueden variar entre simplemente fotos o videos, donde los productos son el foco de atención y la marca es resaltada; “unboxings”, donde el influencer, usualmente mediante historias (foto o video que sube el influencer a su cuenta que solo dura por 24 horas), abre un regalo hecho por una marca específica, sorteos, canjes donde dos a más empresas intercambian productos o servicios, entre otros.
Indecopi nunca pasó esto por alto y, ahora, dada su creciente popularidad, ha decidido tomar cartas en el asunto y recomendar prácticas de transparencia para los contenidos auspiciados en estas redes sociales.
Debido al rol estratégico que los influencers representan para las empresas, Indecopi anunció que estas publicidades deberán regirse por la Ley de Represión de Competencia Desleal que protege al consumidor y prohíbe actos publicitarios no reconocibles, que puede sancionar con una multa que varía entre 50 y 700UIT. Por ende, tomando en cuenta que la UIT actualmente vale s/. 4200, el valor de esta multa podría ascender hasta s/. 2.9 millones, siempre y cuando este monto no exceda el 10% de los ingresos del sancionado. Está claro que la sanción dependerá de la gravedad de la conducta de la persona que responde al beneficio que la empresa obtiene, la dimensión del mercado y el efecto causado en los competidores.
Así, según el Proyecto de Guía sobre Publicidad Digital y Recomendaciones para Influencers, estos deberán evitar realizar publicaciones que no muestren la verdadera naturaleza publicitaria, disfrazando las publicaciones como una simple foto, video o historia y deberán precisar que es una publicidad pagada por “tal” empresa donde existe un vínculo contractual, caso contrario esto iría contra el principio de autenticidad. Un beneficio de esto para los influencers es la herramienta que tiene Instagram para poder especificar en la descripción de la publicación o la historia que es una publicidad pagada (“paid partnership”). Por otro lado, este tipo de publicidad no deberá ser presentada como experiencia propia ya que esto constituye una sanción al influencer por ser entendido como engaño al consumidor/espectador a menos que sea verdaderamente producto de una experiencia personal y la empresa compruebe esto. También será considerado engaño si no se brindan todos los detalles del producto o servicio o sean brindados de forma ambigua intentando confundir al consumidor. Por ende, deberá ser la empresa quien actúe como editor final de la publicidad publicada.